Como estábamos en apartamento, desayuné ahí tranquilamente. Hoy madrugué mas, estuve esperando que amaneciera para comenzar a dar pedales, al final salí a las 8:30
Comenzamos el día subiendo, los primeros 8 kilómetros fueron un infierno. Senderos pedregosos, esquivando peregrinos, con un frío que se las pelaba, el viento en contra. Vamos, que todo en contra empezaba hoy.
Se me hicieron muy muy duros, casi una hora y media me costó superar este tramo. Al final me salí a la carretera, porque no podía con ellos. Y es que empezar así de fuerte, es muy malo.
Al final tuve suerte y me estaba esperando Isabel en el pueblo de Foncebadón, donde solo me quedaban un par de kilómetros más de subida fuerte. Me dió ánimos, y nos tomamos un café juntos para entrar en calor, Que bien me vino ésto!
Tocaba ponerse manos a la obra nuevamente. Abandoné este bonito pueblo, hay que ver que cosas tan bonitas tenemos en España y no conocemos casi nada. Me está encantando la experiencia, lo que me llevo grabado en la vista no se me va a olvidar de la cabeza en mucho tiempo. Me temo que os voy a aburrir a fotos, jijiji
Por fin dejaba de subir, mis piernas lo iban a agradecer bastante. Llegué a la Cruz de Ferro, donde en la base la gente deja en el suelo piedras escritas, también hay medallas, alguna que otra bota y zapatilla, y demás objetos variopintos, que dejan de recuerdo. Yo no fuí menos, y dejé ahí mi huella.
El chico del albergue donde nos tomamos el café, me recomendó hacer la bajada por carretera, que no tiene casi tráfico, y ya que el camino es algo estrecho y va lleno de caminantes. Toca andar pidiendo permiso a los pobres, esquivando piedras, etc. Y en bajada, pues es algo más peligroso. Así que le hice caso, y bajé por la carretera, con cuidadito por las curvas y las pendientes. Y que vistas, impresionante.
Seguimos el camino, atravesando más pueblos con mucha magia. No dejas de cruzarte con gente, eso sí, muchos caminantes pero pocos bicigrinos. También agradezco el tiempo que hace, nada de calor, porque sino ésto tiene que ser horrible.
Proseguí mi camino, todavía con miedo de quitarme la chaqueta porque salía el sol, se nublaba, y como había sudado al principio, no quería coger frío. Así que seguí con ella por si acaso. Desde aquí el terreno ya se había suavizado mucho, algún repecho que otro, pero la mayoría falso llano.
Siento que en todas las fotos de la Go Pro me esté saliendo el cable del cambio, pero no lo voy a cortar, jijijiji Mañana intentaré mirar a ver si la puedo colocar mirando hacia arriba un poco más, pero es que sino voy a pillar mucho cielo, no se.
La siguiente parada técnica, y ya la última antes del destino final de hoy, era en Villafranca del Bierzo. Llegaba ya bastante tocado, con 60 kilómetros en el cuerpo, y otros 15 que faltaban, aunque no lo quería pensar mucho.
Y por fin llegué al final de la etapa! Después de 75 kilómetros y 7 horas, me esperaba la ducha, una rica comida y una buena siesta. Y por supuesto, Isabel
Y ésto ha sido todo por hoy. Mañana me espera el tercer día, con la gran subida al puerto de O Cebreiro. Despacito y a por ello, sin ninguna prisa, a mi ritmo y a por ello.
Saludos a todos, gracias por el apoyo que estoy recibiendo, en redes sociales, WhatsApp y llamadas. Me da mas fuerza.
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