domingo, 13 de mayo de 2018

01/04/2018 ALCALÁ DE HENARES Y SUS CERROS

Llegó el Domingo, el cuarto y último día de Semana Santa. Nos vinimos del pueblo la tarde anterior porque la ruta de este día la hacíamos por aquí con los compañeros del Club EMTBM.
Quedamos en Alcalá de Henares, en la estación de Renfe La Garena. Nos juntamos un montón, y la mañana prometía ser divertida.


Al principio hacía fresquete y parecía estar nublado, pero poco a poco el día fué abriendo y se quedó una gran mañana. Empezamos un poco accidentados porque un compañero rompió el cambio y tuvimos que repararlo para dejarle la bici a piñón fijo, y aún así tuvo que volverse porque con el par de cuestas que íbamos a subir, lo pasaría mal.
Proseguimos el camino hasta adentrarnos en el Parque Natural de Los Cerros, donde tuvimos la primera subida, pero que se hizo muy amena porque el entorno acompañaba mucho.
Una vez arriba, nos dirigimos hacia El Viso donde tras atravesar la urbanización, nos íbamos a encontrar con la segunda subida, algo más dura.


Y menos mal que se hace por asfalto, pero la inclinación hace poner a prueba las piernas. A media cuesta hicimos un parón, para tomar un poco de aire. No he mencionado, pero dos compañeros vinieron con sus pequeños y ole ole por ellos, que subieron como unos campeones!!!! Y una vez arriba, pedazo de vistas!


En lo alto del cerro, hay una gran explanada, que la recorrimos entera para poder observar las vistas desde todos los puntos posibles, y aprovechamos para hacer la parada para recuperar fuerzas.


Después de unas buenas sesiones de fotos, nos dirigimos a la bajada. Era por pista, haciendo zetas, y con gravilla suelta en algunos tramos y con algún que otro reguero que podía resultar peligroso si se iba a gran velocidad.
Y si, peligroso fué sobre todo para mí, que tuve una fuerte caida al irse la bici de la rueda trasera, y acabar atravesando el bosque esquivando árboles, y cayendo al camino de abajo por una altura de 2 metros. Vamos, una leche en toda regla. Aquí fué, yo iba por arriba, y acabé donde están mis compañeros de la foto. Me tragué una de las zetas, que quise acortar, jejeje


Fuera de coña, al principio parecía no haber tenido grandes consecuencias, pero una vez que reanudamos la marcha, comencé a tener molestias en el pecho, por lo que decidimos ir al terminar la ruta al hospital, y confirmaron que no había ninguna costilla rota pero si un gran golpe en esa zona, por lo que el dolor y el tratamiento era el mismo que si hubiese habido rotura o fisura.
Resultado, unas semanas sin coger la bici, con mucho dolor sobre todo al estar tumbado. Buenas noches pasé en el sofá..........

Siguiendo la ruta, una vez abajo proseguimos por un camino hasta llegar a un arroyo que había que atravesar, zona de mucha arena, hasta llegar a una carretera cortada donde nos introducimos en Alcalá de Henares y callejeando un poquito llegamos a La Garena, donde habíamos empezado por la mañana.

Bonita ruta, pero con mal sabor de boca por la caida tuve.



jueves, 3 de mayo de 2018

31/03/2018 VILLARTA - MOLINOS DE HERENCIA

Tercer día consecutivo sobre ruedas, buena Semana Santa me pegué.
Hoy era una salida especial, ya que venían de Madrid algunos amigos para compartir ruta con nosotros y una buena barbacoa en casa después.
Salimos de Villarta hacía Puerto Lápice, falso llano para ir entrando en calor. Antes de llegar a Puerto Lápice, nos desviamos en un camino hacía la derecha para rodar entre la sierra de las antenas y La Sevillana, hasta llegar a la Ermita donde se encuentra también este sitio tan chulo.


Proseguimos nuestra marcha, después de unas risas por como hacer la foto para salir todos, hasta que aparecieron unos caminantes a los que se la pedimos.
Llegamos hasta Herencia, y nos dirigimos hacía el camino que sube a los molinos, porque allí nos dirigíamos. La subida se hace durilla, pero todos conseguimos coronar.



Nos dimos cuenta que había un molino abierto, y como no somos curiosos, allí que nos metimos a investigar. La verdad que si los arreglaran un poquito por dentro, estaría chulo. Éste está completamente hueco.



Bajamos, que no se que será peor si la subida o la bajada, jijijiji  Y para coger el camino de vuelta a Villarta, por un lugar diferente al de ida, tuvimos que hacer unos 4 kilómetros de carretera. Sin problemas, porque el tráfico era escaso.
Los kilómetros ya pesaban en las piernas, al final la ruta se nos hizo de casi 50km. Pero no podíamos volver a casa sin pasar por el Puente Romano, señal de identidad de Villarta, y hacernos unas fotillos.



Gracias Manuel, Rubén, Jose Luis y Lidia (que nos acompañó en la comilona posterior) por venir hasta aquí a pasar con nosotros el día.




martes, 1 de mayo de 2018

30/03/2018 CARRETERA (VILLARTA-CINCO CASAS)

Viernes Santo, el cielo estaba medio nublado pero según las previsiones no llovería hasta por la tarde. Mentira, porque mientras estábamos desayunando comenzó a caer........ Estuvimos remoloneando por casa, asomándonos a la ventana cada dos por tres, a media mañana salió el sol y allá que nos fuimos.
Decidimos salir a dar un paseo corto, por carretera, para que no se nos hiciera muy tarde, y por no darnos mucha paliza, que yo bastante había tenido el día anterior y al día siguiente teníamos ruta también con la MTB de casi 50km. Asi que pensamos en ir hasta Cinco Casas, pueblo que está a 18 kilómetros.


La ida fué perfecta, nubarrones acechando pero ni gota de lluvia. Lo malo que se intuía el viento que a la vuelta nos iba a soplar en contra, pero cabezones los dos, quisimos llegar hasta Cinco Casas que es lo que habíamos pensado. Al llegar allí, un pueblo muy pequeñito como su propio nombre indica, buscamos el bar, porque eso no puede faltar, para tomar algo calentito antes de volver a casa.



Y que bien que nos sentó. Había mucha humedad por el agua que había caído esa misma mañana, el aire venía fresco también. Tocaba regresar!  Nos pusimos en marcha y lo que nos temíamos, viento en contra y bastante fuerte, a luchar nos tocó pero bien.
Los kilómetros no pasaban, una carretera prácticamente llana como es ésta y parecía que estábamos subiendo un puerto, y encima se puso a llover ligeramente. Apretamos todo lo que pudimos, por suerte era una nube que pasó rápido, y ya se podía haber llevado el aire con ella, porque tela lo que penamos para llegar a casa. Fueron los 15 kilómetros mas largos de nuestra vida, jajaja


Varias veces tuvimos que parar porque veíamos que nos íbamos al suelo de como soplaba la cosa. Pero por fin llegamos a casa, con 36 kilómetros recorridos, muy trabajados. Una duchita calentita, a comer y reposo al calor del brasero. Como disfruto en el pueblo, como desconecto, me sienta fenomenal pasar allí unos días para cargar pilas y salir de la rutina.