Fuimos 8 los que nos atrevimos a salir, en una fria mañana pero soleada, lo que llegó a ser un gran día para dar pedales. Pues salimos de Valdenuño, y para entrar en calor, fuimos a por la subidita del cementerio, y se nos quitó el frio de un plumazo. Seguimos llaneando y bajando hacia el rio, donde nos encontramos con el primer obstáculo. Había llovido días atrás y por donde teníamos que cruzar era una gran balsa de agua. Que si es verano, la habíamos cruzado tan agusto, pero ahora no era plan. Total, que después de investigar un poco, rio arriba y rio abajo, perdimos bastante tiempo, y vimos que no había forma de cruzar sin ponernos de agua hasta arriba.
Dimos media vuelta, y cogimos otro camino diferente, bueno camino por llamarlo de alguna forma porque no tenía casi rodadas. Hicimos un I + D en toda regla!! De ahí a que cuando salimos a un camino más normal, un compañero se dió cuenta que había pinchado. Madre mia, llevábamos todos las ruedas llenas de abrojos, pero llenitas llenitas, bendito líquido antipinchazos!!!!!!!! Mientras estábamos cambiando la rueda delantera, nos dimos cuenta que la trasera estaba también pinchada. Asi que echamos un buen rato finalmente con los pinchazos.
Cuando proseguimos el camino, y ya llegando al cuestón que había que subir, yo me dí cuenta que también iba pinchado, por lo que me quedé con un compañero para cambiar la cámara. Ni el líquido pudo reparar tanto agujerillo, jejejeje El resto de compañeros tiró para arriba, por lo visto es de otra galaxia subirse todo todo entero. Será algo más de 1 km, con unas rampas de flipar. Mientras nosotros abajo, intentando cambiar la cámara, nos las vimos y nos las deseamos. Una camara que no cogía aire, otra que se estropeó la boquilla, echamos un buen rato. Tanto que los demás compañeros llamaron desde arriba, y finalmente desistimos en seguir hacia delante y darnos media vuelta. Cuando llegaron todos abajo, nos echaron la bronca, pero en broma, porque con lo que les costó subir al final para nada. En fin, que podíamos hacer, si es que era ya muy tarde entre pitos y flautas. Pero las risas nunca nos faltan, siempre hacemos el tonto un poquito.
Cogimos un camino, que nos llevaría nuevamente a Valdenuño, entrando al pueblo justo por el lado opuesto al que salimos. Tocaba subir lo que bajamos al principio de la ruta, y después por caminos con subes y bajas, hasta que llegamos al punto de inicio. Lástima que no pudimos llegar a Malagilla, toda la semana pensando en los torreznos y al final nada. Pero no, subimos las bicis a los coches y para allá que nos fuimos a degustar ese manjar, todos menos un compañero que si tenía más prisa y no pudo acompañarnos. Y buah, deliciosos y el sitio muy peculiar. Recomendado al 100%. Ahora dudo, que si vamos en bici, poder volver del mismo modo después de llenar el buche, jajaja Habrá que intentarlo cuando venga el buen tiempo!
Una gran mañana, y como siempre la compañía lo mejor de lo mejor.
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